lunes, 21 de noviembre de 2011

ASESINOS EN SERIE

 TED BUNDY             "Un hombre guapo, elegante, romántico, tierno, encantador"
Así lo definían sus amigos, sus novias y los que lo conocían, posiblemente lo contrario que pensasen las jóvenes que asesinó.
Nació en 1946, hijo de una joven chica soltera que provenía de una familia puritana. Es rechazado por ella durante los primeros años de su vida por ser hijo ilegítimo, y trata de disimular a su hijo, considerado como una vergüenza para la familia, tratándolo como si fuese su hermano. Bundy se crió en casa de su abuelo, un hombre violento que pegaba a su mujer.
Las secuelas de estos rechazos en la infancia, serían visibles en la adolescencia, por su carácter sumamente tímido e infantil y su tendencia a la soledad. Comienza a aislarse de sus compañeros de juego y adopta un cruel y extraño comportamiento hacia cuanto le rodea, por ejemplo, mutilando los animales que atrapa.
Más tarde cursa estudios de derecho y colabora en algún partido político trabajando activamente en las campañas. Pero en esa etapa de su vida, decepcionado por una sociedad en la que no encaja, comienza su etapa como asesino en serie.
El primero de sus crímenes tendría lugar en Washington en 1974, cuando ataca a una mujer mientras dormía golpeándola con una barra de hierro.
 Apenas un mes más tarde asesina a una joven en el mismo campus universitario, llevándose el cuerpo lejos de allí una vez muerta ésta, pero dejando la habitación llena de sangre.
En todos sus crímenes adoptaba un mismo ritual: seguía a la joven víctima por las calles, luego la estrangulaba y la golpeaba en su propia casa. A veces la secuestraba para llevarla a un lugar más seguro. Una vez muerta la sodomizaba con el miembro o con el objeto que tenía más a mano mientras mordía su cuerpo.
Bundy podría considerarse un ejemplo claro de lo que sería un asesino en serie psicópata. No sólo por haber sufrido una infancia traumática, sino que además su aspecto inspiraba siempre confianza a las víctimas.
Si bien al principio cometía sus crímenes por la noche guardándose de un posible testigo que pudiese identificarlo ante un tribunal, poco a poco se iría confiando y abordaría a las futuras víctimas por el día.

Apoyado en su atractivo y su carismática personalidad, se paseaba por los supermercados pidiendo ayuda a mujeres jóvenes para conducir su coche Wolkswagen, fingiendo que tenía un brazo roto y sin que estas sospechasen lo más mínimo que hablaban con su futuro asesino.
Tras sus primeros crímenes, Bundy comienza a viajar por una buena parte del país: Washington, Utah, Colorado y Florida, dejando a su paso una serie de crímenes y secuestros.
Es arrestado una primera vez el 16 de agosto de 1974 en Utah tras ser identificado por una mujer que meses antes había intentado secuestrar. Se le condena a cumplir una pena de prisión en Colorado, pero logra escaparse antes de ser encerrado y desaparece durante más de dos meses. Dos meses que le servirían para seguir cometiendo espeluznantes crímenes, esta vez tres jóvenes entre las cuales una tan sólo contaba con 12 años.
Es nuevamente detenido en Florida. En el juicio, él mismo se defendería en tanto que abogado, apoyado por un grupo de jóvenes "fans" que reclamaban su inocencia ante las puertas del Juzgado. A pesar de todo, la prueba irrefutable que lo culpó, la aportaría un odontólogo forense, tras comparar las marcas de unos mordiscos en uno de los cadáveres con los dientes de Bundy.
Evidentemente ambos moldes coincidían. Después de seis horas de deliberación, el jurado lo condenaría al corredor de la muerte por 14 homicidios de primer grado...
Tenía una fijación especial por asesinar a mujeres jóvenes de pelo oscuro y largo, que le recordaban a su ex novia, la cual lo había rechazado unos años atrás. Pero las jóvenes víctimas vendrían a representar del mismo modo a su madre, por haberlo abandonado de pequeño. El asesino confesaría personalmente a los psiquiatras: "Toda la rabia que he estado desahogando con las mujeres que maté, estaba dirigida contra mi madre".
Con una personalidad propia de esquizofrénico incluso después de su detención, no sintió en ningún momento arrepentimiento ya que decía que en sus víctimas veía la imagen de su madre. Fue ejecutado el 24 de Enero de 1989.
Podríamos considerarle como una mezcla entre asesino organizado y desorganizado. Tanto podía mostrarse con una personalidad muy inmadura, dejar indicios en el lugar del crimen, o por lo contrario prepararlo cuidadosamente, seleccionar a las víctimas y dejar pocas huellas.

Él mismo se consideraba un adicto al crimen, y aunque aseguraba que podría dejar de matar en cuanto se lo propusiese, no dejó de hacerlo hasta su detención. Aseguraba no haber matado a 14 mujeres, confesó haber asesinado y violado a 28 mujeres en los años 70.
Los múltiples test psiquiátricos realizados evaluarían una personalidad propia de esquizofrénico: Cambios de humor muy repentinos, impulsivo, sin emociones, afán de protagonismo, ataques de histeria, doble personalidad, inestabilidad emocional, rechazo a la sociedad, ansiedad, depresión, complejo de inferioridad, inmadurez, mentiras que termina por creerse él mismo, obsesivo, egocéntrico, falsa realidad adaptada por él mismo, manía persecutoria...
Ted Bundy fue ejecutado en la silla eléctrica nueve años después de su sentencia, el 24 de enero de 1989, tras haber sido culpado por haber asesinado a 14 jóvenes.





John Wayne Gacy- El Payaso Asesino
Con su inocente apariencia este demente en realidad fue un desalmado torturador que no dudaba en torturar a sus víctimas antes de violarles y asesinarles. El lector que a partir de ahora va a adentrarse en la historia real de John Wayne Gacy descubrirá que el mal humano se esconde en lugares todavía menos accesibles que una arteria cerebral colapsada, la que tenía Gacy desde que se cayera en el jardín de su casa cuando era niño y que, según algunos expertos, transformó su cerebro en una mente psicopática. Quizás el mal anide en las entrañas del alma de algunos hombres que parecen, pero sólo parecen, buenos.
No cabría otra forma de calificar a un ciudadano tan ejemplar como John. Era un eficaz hombre de negocios, dedicado plenamente a hacer crecer su empresa de albañilería y decoración, a cuidar de su casa, a amar a su segunda esposa y a cultivar las relaciones sociales. El tiempo libre siempre lo dedicaba a los demás: organizaba las fiestas vecinales más famosas del barrio, se vestía de payaso y amenizaba las tardes de los niños ingresados en el hospital local.
Incluso fue tentado por la política y se presentó como candidato a concejal. Y lo habría llegado a ser si no se hubiera cruzado en su camino el joven Jeffrey Rignall y su tenaz lucha por la supervivencia.
El 22 de mayo de 1978, Rignall decidió salir a tomar unas copas en alguno de los bares del New Town de Chicago. Mientras paseaba, ya de noche, un coche le cortó el paso. Un hombre de mediana edad y peso excesivo se ofreció para llevarle a la zona de bares más famosa del lugar. Rignall, osado, despreocupado, acostumbrado a viajar haciendo auto stop y, sobre todo, harto de pasar frío, aceptó la invitación sin sospechar que aquel hombre, en un descuido, le iba a atacar desde el asiento del conductor y a taparle la nariz violentamente con un pañuelo impregnado de cloroformo.
Con el hígado reventado por el cloroformo
Lo siguiente que Rignall pudo recordar fue la imagen de su nuevo colega desnudo frente a él, exhibiendo una colección de objetos de tortura sexual y describiendo con exactitud cómo funcionaban y cuánto daño podrían llegar a producir. Rignall pasó toda la noche aprendiendo sobre sus propias carnes mancilladas una y otra vez la dolorosa teoría que su secuestrador iba explicando. A la mañana siguiente, el joven torturado despertaba bajo una estatua del Lincoln Park de Chicago, completamente vestido, lleno de heridas, con el hígado destrozado para siempre por el cloroformo, traumatizado… pero vivo. Tenía el triste honor de ser una de las pocas víctimas que escaparon a la muerte después de haber pernoctado en el salón de torturas de John Wayne Gacy. En sólo seis años, 33 jóvenes como él vivieron la misma experiencia, pero no pudieron contarlo. A veces, el camino hacia el mal es inescrutable, se esconde y aflora, parece evidente y vuelve a difuminarse. Toda la vida de Gacy resultó una constante sucesión de idas y venidas. Fue torpe en los estudios, se matriculó en cinco universidades y tuvo que abandonarlas todas; sin embargo, terminó su último
 De día actuaba como el "Payaso Pogo" para niños enfermos hospitalizados.
 intento de estudiar Ciencias Empresariales y se licenció con brillantez. Hasta llegó a ser un hábil hombre de negocios. Se enroló en cuantas asociaciones caritativas, cristianas y civiles pudo, pero mantuvo una oscura relación con su primera esposa, llena de altibajos y cambios de temperamento. Tuvo dos hijos a los que amó y respetó, sin que eso nublara un ápice su eficacia para atraer y matar a otros adolescentes. Resulta, incluso, paradójico que un hombre obeso y aquejado de graves problemas en la espalda fuera capaz de atacar, maltratar, matar y enterrar a jóvenes llenos de vigor. Pero lo hizo una y otra vez, hasta en 33 ocasiones.
Algunos detalles premonitorios
Pero si fue doloroso encontrar los cadáveres de 33 jóvenes incautos, peor resultó saber que su asesino ya había dado muestras de lo que era capaz de hacer. Poco después de casarse por primera vez, comenzaron a circular insistentes rumores sobre la tendencia de Gacy a rodearse de jóvenes varones. Rumores que sus vecinos vieron confirmados cuando el amable John fue acusado formalmente por un juez de violentar sexualmente a un niño de la ciudad de Waterloo. Él siempre sostuvo que las acusaciones no eran más que un montaje creado por el sector crítico de una de las asociaciones cívicas a las que pertenecía. Pero cuatro meses más tarde, la mesa del juzgado recibía la documentación de una nueva denuncia
La propia víctima del supuesto ataque sexual había sido apaleada. El agresor, un joven de 18 años con dudosa reputación, declaró que fue Gacy quien le pagó para escarmentar al niño que le acusaba. El caso estaba claro: Gacy fue sentenciado a 10 años de prisión en la penitenciaría de Iowa. La historia de un asaltador de menores parecía tocar felizmente a su fin…, cuando en realidad, no había hecho más que empezar. Incomprensiblemente, Gacy salió de la cárcel un año y medio después, aireando un indulto concedido en atención a su buen comportamiento y las "evidentes muestras de reforma dadas por el reo". El juez no tuvo duda de que aquel preso de 27 años se había transformado en otro hombre: lo que no supo hasta tres años después es que el nuevo John Wayne Gacy era aún peor. Gacy no sólo se las arregló para engañar al juez, también engañó a los vecinos de Sumerdale Avenue que lo acogieron en su segunda vida; a Lillie Grexa, una mujer divorciada y madre de dos hijos que se enamoró de él y aceptó su propuesta de matrimonio; a los clientes de una brillante empresa de reformas de albañilería que él mismo montó y, lo que es peor, a decenas de jóvenes varones que acudían a casa de Gacy bajo la promesa de un trabajo bien remunerado como albañiles.
Gacy se tapa el rostro momentos antes de entrar en la sala donde sería ejecutado por sus crímenes.Sus últimas palabras fueron : “¡Besadme el culo!” Un jardín que olía demasiado mal
La vida social del hombre que los fines de semana se vestía de payaso para entretener a los niños enfermos en varios hospitales subía como la espuma. Dos de sus fiestas más sonadas, una al estilo "vaquero" y otra hawaiana, llegaron a congregar en su casa a más de trescientas personas. Todas regresaron a sus domicilios comentando dos cosas: lo agradable que era aquel ciudadano regordete, bonachón y trabajador y lo mal que olía su jardín. Porque era la comidilla del barrio que un terrible hedor fluía por las calles cercanas a la casa de Gacy y su segunda esposa. Ésta estaba convencida de que bajo las cañerías de su casa había algún nido de ratas muertas. Él aseguraba que el olor se filtraba desde un vertedero cercano y siempre estaba posponiendo una supuesta visita al ayuntamiento para tratar de arreglar el problema.
 Ningún vecino supo reconocer el tufo de los restos humanos, por eso, ninguno llegó a sospechar el acontecimiento que estaba a punto de sacudir la armoniosa vida de Sumerdale Avenue.
En diciembre de 1978, la madre del joven de 15 años Robert Piest empezó a impacientarse al ver que no regresaba del trabajo. El chico se ganaba un dinero extra ayudando en una farmacia, y estaba a punto de entrevistarse con un tal Gacy que le había ofrecido mejorar su situación si trabajaba como albañil para él. La desaparición de Robert fue puesta en conocimiento del teniente Kozenczak del departamento de policía de Des Plaines. Entre sus pesquisas, el agente hizo una llamada a Gacy, ya que su nombre aparecía entre los papeles del chico. Por supuesto, el ciudadano Gacy no acudió a la cita (se excusó diciendo que estaba enfermo), pero se presentó voluntariamente en la comisaría al día siguiente. Para entonces, el teniente se había encargado de estudiar el historial penal de aquel hombre (sentenciado e indultado por asaltar a un menor). Aunque Gacy negó cualquier relación con Piest, la policía logró una orden de registro de su domicilio en la que se incautó del más completo arsenal de instrumentos de tortura jamás visto en la región. Pocos días hicieron falta para lograr que Gacy confesara y entregara a la policía un detallado plano del jardín de su casa, en el que había marcado los lugares donde yacían los 33 cadáveres. En su declaración final, la vida del payaso asesino pareció sacada de una película de terror. Durante el juicio, Gacy aseguró que existían “cuatro John: el contratista, el payaso, el vecino y el asesino y constantemente respondía con las palabras de uno y de otro”. Lo que no pudo explicar fueron los motivos que le llevaron a dejar con vida al joven Rignall, cuya declaración sirvió para mandar al criminal a la camilla donde se le aplicó una inyección letal el 10 de mayo de 1994. Sus últimas palabras fueron : “¡Besadme el culo!”

Charles Manson
 Charles Milles Manson nació en Cincinnati, Ohio (EEUU), el 12 de noviembre de 1934. Hijo ilegítimo de una joven adolescente de 17 años, Kathleer Maddox.
Su verdadero padre es un misterio, a pesar de que su madre interpuso una demanda judicial para demostrar la paternidad de un hombre con el que convivio unos años, como dijo el mismo Manson su madre era una: "prostituta de diecisiete años".
Su infancia transcurrio viajando de ciudad en ciudad hasta que a los 8 años su madre salio de prision, donde cumplia una pena de cinco años por robo y agresión. Durante este tiempo convivio con su tia, una beata contraria a cualquier forma de placer, el cual consideraba pecaminoso.
 Vivio con su madre (alcohólica) unos años hasta que por medio de un robo reunió el dinero necesario para "independizarse", a los 14 años fue detenido por primera vez y a partir de este momento su vida transcurrio entre fugas e ingresos en prisión, por lo cual se podría decir que su formación fue la que recibio en centros penitenciarios con otros presos.
Recien cumplida su mayoría de edad ya contaban entre sus hazañas el robo, una violación homosexual a un compañero, agresiones y varias fugas.
En 1953 con 19 años se casa con una enfermera de 17 años, habiendo tenido hasta ese momento solo relaciones homosexuales, tuvo su primer hijo pero el matrimonio fracaso y se divorciarion en 1958. Un año despues se caso con una prostituta para que no declarara contra él y de ese matrimonio nació su segundo hijo.
Posteriormente ingreso en prisión donde comenzó a formarse en el esoterismo y paso a formar parte de la Iglesia de la Cienciología, todo esto desencadeno en que en 1967 cuando abandono la carcel con 32 años llevase 17 años de su vida en la carcel.
Esta formación esoterica le llevo a contar con un grupo de seguidores "su familia", segun su filosofia solo los que les siguiesen se salvarían del apocalipsis.
Manson, que se autodenominaba Satán (además de Jesucristo, el Espíritu, el Anticristo y el Demonio), predicaba una curiosa doctrina, una mezcla de conceptos orientalistas y una reinterpretación de la Biblia.
Hippies, drogas, sexo libre, rock...Aquello era demasiado para un tipo que había aprendido a base de abusos a manipular a la gente y a ser temido por sus enemigos. El bueno de Manson fue bien acogido en la comunidad alternativa californiana. Tanto que se fue a vivir con una bibliotecaria -y ecologista radical- llamada Mary Brunner. Al poco tiempo, el tipo que posteriormente se autoproclamaría Anticristo, metió en casa a una chica de 16 años que encontró en la calle. Esto no molestó a Mary, que creía firmemente en los principios Hyppies, dando lugar a lo que sería el germen de "La Familia", institución creada a la medida de Manson.
Pronto comenzaron a recorrer toda la costa en un destartalado autobús escolar, predicando la palabra del ecologismo y el sexo libre, y captando la atención de numerosos seguidores. Eran ya una de las atracciones de Los Ángeles: ricos, famosos y celebridades recibían con los brazos abiertos a la comuna. Como Dennis Wilson, batería de los Beach Boys, que los alojó en su casa.
Y fue Wilson el que desencadenaría la ira de Manson. el chico de la playa, le había presentado a un productor musical -hijo de Doris Day- que vivía en una lujosa mansión en la calle Cielo Drive 10500, lugar al que acudiría Manson cada dos por tres para convencerle de que le produjera un disco. Ver como meses depués los Beach Boys sacaban el álbum 20/20 con la canción "Never learn not to love" -calco de un tema compuesto por Manson- tuvo que ser suficiente para que el líder de La Familia gritara "¡¡Cerdos!!".
Nunca pudo probarse que matará a nadie él mismo, pero ordenó varios asesinatos. En ese periodo, Bobby Beausoleil -miembro de la familia- se pelea con un traficante de mescalina llamado Gary Hinman. Manson, Beausoleil y Susan Atkins no dudan en presentarse en casa de Hinman para pedirle dinero. El tipo se niega, así que Manson le corta una oreja y se va de la casa diciendo a sus seguidores que hagan con él lo que quieran. Y vaya si lo hicieron. O eso parece por el estado en el que quedó el cadáver del traficante.
Este no era el primer delito de sangre cometido por La Familia, aunque sí el más grave. La detención de B. Beausoleil por el asesinato de Hinman a los pocos días de producirse, provoca que Manson busque un nuevo refugio para sus "hijos". Nada mejor que una granja abandonada, en el desértico Valle de la Muerte. Allí la familia se prepara para lo que Manson denomina el Helter Skelter: el fin del mundo en el que los negros se levantarán en armas para dominar a los blancos...una teoría que Manson refuerza basándose en signos que sólo él percibe, como las advertencias incluídas a este respecto el White Album de Los Beatles.
El viernes 8 de agosto de 1969 Manson ordenó la ejecución de todas las personas que se encontrasen en el 10050 de Cielo Drivey para ellos envió a Susan Atkins, Patricia Krenwinkel y Leslie Van Houten -acompañadas por Tex Watson, miembros de su familia.
La vivienda por aquel entonces de Roman Polanski, entre las personas asesinadas se encontraba la esposa de este, Sharon Tate, que se encontraba embarazada de 8 meses, el matrimonio Jay y Gibby Folger, y Wojtek Frykowski. Las mujeres de Mason mataron salvajemente a Sharon Tate cortándole sus pechos y muriendo desangrada.
En una de las paredes se podía leer escrito con sangre humana ¡Cerdos!!".
Al día siguiente, Manson organiza el asesinato del matrimonio La Bianca para extender el rumor de que ha comenzado una cacería por parte de negros radicales. Esta vez sí acude con el grupo, pero da instrucciones y se marcha antes de que empiece el espectáculo.
Pocos días después detienden a S. Atkins acusada de participar en la muerte del traficante de mescalina. En prisión, habla largo y tendido sobre su maravilloso líder y sus aventuras con La Familia. La poli detiene a Manson el 12 de octubre del 69 junto a otros miembros del clan.

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